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Mi amigo Mac

Y al final optamos por el butterscotch, no había donde perderse, y yo puedo ser muy persuasivo, así de refilón, haciendo como que no quiere uno la cosa, las cosas se consiguen.

Y pasamos de dormir todos con la puerta cerrada de la habitación, preocupados de las pertenencias personales a dormir todos con la puerta abierta, no vaya a ser que un sonámbulo del norte se quede sin entrar.

Pasamos a saludarnos todos de beso, para que así pase más piola el nuevo y bienvenido beso del recién llegado.

Fue un momento crucial y por suerte tuve a mi amigo Ale de visita, para relajar un tanto la tensión primeriza. Ale está de paseo por Europa y estuvo unos pocos días en Madrid, justo cuando me compré el MacBook en que ahora escribo.

Ewan cocinó esa tarde, un arroz con verduras y carne que el llama Stuffed fly. Joder, si hasta cocina bien, las tiene todas. Le gusta Belle & Sebastian, John Cameron Mitchell, anda en bicicleta, tiene las piernas llenas de cicatrices, una barbita que le crece rubia, pero si se la afeita le queda una sonrisa a lo Stefano Accorsi. Para contrarrestar, algún defecto, digamos que fuma, pero vamos, que a veces pienso que soy el único ser humano en esta ciudad que no mantiene una relación de dependencia vital con la nicotina o la cafeína.

Pasaba por la fnac y me entero que sólo queda un MacBook de la promoción super barata que había, unos 200€ de ahorro. Así que llamé a Ewan, al Ale lo había mandado de paseo al Valle de los Caídos. Ewan me dice que anda en bici, pero que llega ahora mismo, ese tipo de detalles conmovedores se le dan bien. Y luego pasa el rato y me vuelve a llamar, dice que se perdió, que está en Usera, que es un poquito a la chucha, pero que ya se ubicó y que viene, y yo por mientras hago todo el trámite operacional, compro el chiche en 3 cuotas y cuando Ewan llega todo sudado y exquisito (me da por presentarlo como el "escocés exquisito"), lo invito a tomar un granizado de limón, es lo menos que puedo hacer.

Así que ahora mi vida ha cambiado un poco, me despido buenas noches con beso de un Mac y me voy a la cama con otro Mac, con quien también juego en la cama al despertarme. Dudo que pueda existir la misma relación tecnoromántica con un PC.

Un saludo a Ale, que está ahora en Barcelona y después sigue a Praga y Viena, con ese ritmo de chileno trotamundos que consterna a los españoles. Grande Ale por aguantar que la noche de carrete en vez de partir a la busca de la Blondie o la Batuta madrileñas haya derivado por presión de grupo en un bastante tradicional recorrido por antros de maricones, muy ilustrativo respecto a la eficiencia de nuestras dinámicas de grupo, como diría él. Tranquila su novia, que el chico mantuvo su postura de periodista de Informe Especial, sin que le hiciera mella el desfile de chupitos de ron.

Quiero más visitas de amigos! vengan todos los que puedan

y claro, que yo paso por ahí y nada, ni un mísero post?

ni una alusión fugaz?

nop, nada de nada.

bu!

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