« Home | Ah, la de un bipolar es la vida mejor! » | Despedida o lanzamiento? » | Christina » | ladrón que roba a ladrón » | Señorito interesante » | por no perder la cabeza... » | La de toda la vida » | La mejor defensa es el ataque » | Sal en invierno » | Extra Teresiano! »

Debajo de la Manga

En la Expomanga me regalaron un Astroboy al salir, en formato manga, la editorial Glènat está editando toda la obra de Osamu Tezuka y en este momento de mi vida mi empleo ideal sería ser traductor en la editorial Glènat. Y pensar que yo postulé a traducción inglés-japonés en la USACH, pero no quedé porque el puntaje me daba para que me aceptasen en Bachillerato en la Católica, a veces lo caro resulta barato.

El que caso es que aquí estoy, en el quinto piso de la Fnac leyendo “Adolf”, la historia de unos documentos que prueban que Hitler tenía sangre judía y que van a parar a Japón en los años previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Es absorbente, en una pausa reflexiva miro al lado y veo a un chaval japonés, que me dice algo en su lengua que yo no entiendo, pero que de repente si entiendo, y me digo a mi mismo “qué me está pasando que entiendo japonés?”, hasta que me doy cuenta que el chaval este en verdad me está hablando en castellano con acento.

- “Está buena la historia”?

Y yo le digo que sí, que está la raja, que yo en todo caso de manga no sé mucho, que soy nuevo en esto, pero que me parece de puta madre. Y ambos volvemos a nuestros libros, él está leyendo Naruto o Bleach, no estoy seguro, y me da una pena, quisiera ahora mismo tener diez años y hacerme amigo de este chico japonés y dedicarnos a hacer mangas.

Sin embargo lo tengo que asumir, tengo 28 años y mi espalda cubre un trozo importante de la estantería, por lo que me tengo que mover seguido para dejar que los otakus vean las novedades editoriales. Y no debería estar leyendo mangas, debería estar pensando qué hacer con mi vida, aunque he decidido que estas primeras dos semanas me tomaré las vacaciones que me correspondían. Igual pasa acá en Madrid que son muchas las alternativas laborales, ya me han dicho que lo tengo fácil como fonooperador, barista, dependiente (estaría buenísimo serlo de la Fnac), volver a la hotelería de lujo o incluso al periodismo.

Vaya, el periodismo. Me gustaría consultar a un psicólogo para que me explicase la verdadera razón de mi reticencia profesional. Por qué me resisto a escribir en serio, a aplicar lo aprendido. Mi hermano pequeño se da cuenta y me lo dice, por qué no escribes mejor posts como reportajes en vez de tanta confesión que parece te quisieras desahogar de algo para no volver más sobre eso?

O, la lucidez que precede a la adolescencia!

(y la canción del día es….. “Let’s get lost” de Elliot Smith, incluida en el soundtrack de “Thumsucker”)

Burning every brdige that I cross
To find a beautiful place to get lost