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Cambio climático

Parece que hubiésemos hecho intercambio de climas, no le parece? le digo a un par de ejecutivos franceses en el ascensor, mientras acarreo sus equipajes. Es que en Paris están de temporada estival adelantada, sin tiempode montar la playa artificial en el Sena, y acá en Madrid, donde se organizan congresos en función de su vida nocturna y su sol de abril, aquí están lloviendo perros y gatos.

Le digo a otros huéspedes, les digo que la lluvia en España se suele quedar en las llanuras, como cantaba Audrey Hepburn, y que Madrid está construida sobre unas colinas que sirven de atalaya, desde la terraza del hotel hacia el sur podríais ver los jardines de Aranjuez y las iglesias de Toledo, al oeste la sierra de Gredos y Guadarrama, al este los aviones que aterrizan en Barajas.

Pero como hoy llueve, nadie sube a la terraza del hotel, tampoco los turistas a quienes debo espantar, porque no está permitido, sólo a los huéspedes, no se pueden desvalorizar las cinco estrellas. Y que pena me da en todo caso, pensar en quien paga la millonada que sale quedarse en un hotel como este para luego encontrarse con una primavera tan aguada que más que paraguas hacen falta burkas (venderían los talibanes burkas impermeables en Kabul?)

Eso pienso en el Teatro Real, donde veo "Homebody/Kabul" de Tony Kushner, el mismo de "Angeles en America". Me habían advertido en contra del monólogo inicial, que dura más de una hora, y donde una señora inglesa que se autocalifica de "mema" y que borda su discurso con rescates lexicológicos, relata al mismo tiempo la historia de Kabul (fundada, según una tradición no sé si greco-bactriana, maurya o sasánida) por Caín, quien allí habría sido sepultado, y la organización de una fiesta para la cual ha comprado gorritos a un vendedor con la mano mutilada, posiblemente por los talibanes. La obra se estrenó en New York el mismo mes de los atentados contra las torres gemelas, lo cual no de ser, ayuda a justificar la venida cuando ya han pasado dos horas de obra y aún no llega el intermedio.

Salgo en busca de un café, rápido, póngale un chorrito de cognac, por favor, y el mesero ecuatoriano me echa un chorrito de jerez (es que es lo mismo?) pero no protesto, en el TV de la cafetería trasmiten el partido del Chelsea contra el Liverpool, estoy seguro de que estoy en Madrid???

La señora inglesa se va a Kabul de paseo y no vuelve, su marido y su hija van en su búsqueda, el resto de la audiencia muestra su alivio, ya no más ditirambos acerca de aqueménidas, Chandraguptas, Tamerlanes y guerras solapadas entre Rusia y el Reino Unido por el petróleo, no más cháchara de Muhayddines. Es una buena obra, Kushner es un clásico viviente, pero de no ser por el cognac/jerez con cafeína, no estaría diciendo lo mismo.

Les dije a unos huéspedes, representantes del gran Pharma, que en Madrid si llueve durante el día, la noche suele estar despejada y la gente se va de marcha. Pues he aquí la excepción, me digo, a la salida del teatro, y vuelvo a casa bajo una tromba de agua. Me gusta en todo caso, extiendo mi paraguas, subo el volumen de mi mp3 y procuro no pisar de lleno en las pozas. Qué pasaría si el clima cambiase de verdad?, los españoles mojados se harían más refinados, trabajadores y estudiosos? Los franceses cogerían el testigo de la holgazanería y lujuria latinas tan bulladas? A quien beneficia más el calor, a Sarkozy o Segolene?

Nieve sobre Haití, veranitos en Siberia. Agua sobre Kabul, si allí lloviese nunca habrían habido burkas, eso está claro, como no las hay en Bangladesh, país musulmán monzónico. No todo tiene que ver con la economía, o la economía tiene que ver con el clima, vaya uno a saber. Pero me tengo que inventar una excusa, amanece hoy y sigue lloviendo, tal vez tendré que desacreditar a Audrey Hepburn, decirles a los clientes que no era ella la que cantaba en "My fair lady", que ella hacía playback, a ver si con ese desengaño se olvidan de las ganas que tenían de pasear por el florido Parque del Retiro, van en cambio al teatro, y no me dejan sin propina.