Wednesday, August 22, 2007

Madrigales

Colaterales del dormir en una cama ajena con alguien que trabaja al día siguiente: ser despertado a las siete de la mañana (una hora poco razonable considerando que tengo el turno de noche y debo acumula sueño) por un tema musical que funciona como mantra.

Sensación de déja vu. Y antes me despertaba cada día con una canción proveniente de la radio reloj de un francés, con quien entonces no compartía la cama, y me quedaba en el sofá, pero desde ahí igual se oía, religiosamente, casi musulmanamente, a la muecín Madonna cantar "My substitute for love". Y yo que no preciso de despertadores, escuchaba la canción entera. Y me la lloraba toda, sobre todo al principio. Porque claro, yo entonces no me conformaba con el sofá, y el sofá era lo único que me estaba permitido hasta ese momento.

Cen páginas de calendario, y via distintos aeropuertos me encuentro nuevamente en posición horizontal, escuchando un tema matinal, al lado de un francés que debe irse a trabajar, pero que parece renuente a hacerlo, no mientras dure la canción.

La canción: "Mi soledad y yo", de Alejandro Sanz.

Como estás que tal te va
Allá es de día o es de noche
Es bonita esa ciudad
Para ir de vacaciones
Y el hotel era verdad
Que es tan romántico y lujoso,
Como en la publicidad
Con esas playa de las fotos.

En madrid está lloviendo
Y todo sigue como siempre
Solamente que no estás
Y el tiempo pasa lentamente
Estoy loco por que vuelvas
Hace tanto que te fuiste
No te irás a enamorar allí, lo prometiste

Uf, será que este francés escucha esta canción todos los días al despertar? eso no puede ser bueno. Si yo necesitara una canción reloj cu-cú pondría el aparato en shuffle y dejaría que cada día me sorprendiese una nueva, de una sesuda selección previa, pero al azar, que el día comience y transcurra bajo el signo del azar. Me asusta el determinismo de comenzar cada día con la misma canción.

Así por ejemplo, al salir del trabajo, que es cuando yo si necesito una canción, me pongo el audífono (me queda sólo uno, el otro se rompió). De un apretado 1 Giga de mp3s varios, quien coge el micrófono es Beth Ditto, la lesbiana obesa (a mucha honra) vocalista de The Gossip, con "Yr mangled heart"

If everything you do has got a hold on me
Then everything I do has got a hole in it
I've been here before I should be used to it
But I can't take it no more, I can't take it no more
Oh whoa, oh whoa whoa whoa

Your mangled heart, your battered love that's hanging on to memories
You're letting go of everything that used to be
I've had enough, you'll build me up to let me down, yeah

Bueno, que es mejor con música, claro. Y me gustaría entender exactamente qué significa tener el corazón "enmanglado".

La otra noche soñé con que me sacaba el corazón y contemplaba a la luz del sol, estaba negro y correoso, como una pasa hinchada. Y de repente me caía la teja que no era sano (o posible) lo de tener el corazón en la mano....(no hay una canción muy chula que va así?), y me daba patatús porque cachaba que tenía que estar muerto para tener el corazón pum pum (aunque más que pum pum hacía Pif pif) y yo no quería estar muerto o ser un zombie y en eso justo me despertaba.

Pero no me despertaba con "Hoy puede ser un buen día", de Serrat. Esta era nuevamente la radio reloj del francés #2. Y no era Alejandro Sanz . Esta vez el único repetido era yo. La música, creo que eran Los Panchos.

Pero no, así no se puede comenzar el día. No señor. Me niego.

Friday, August 10, 2007

Uno de esos días veraniegos casi utópicos en Madrid sin playa

El día comienza con un funeral, mi trébol de cuatro hojas se ha rendido y recojo sus tallos secos para arrojarlos a la basura.

Me pregunto si acaso es esta una señal que mi buena suerte se acaba mientras me doi vueltas en la cama saltando de un libro a otro, paso de "Via revolucionaria" (excelente) a "Porno" (secuela de "Trainspotting") y al mismo tiempo tengo ahí a Goethe, Karen Blixen y Julian Barnes esperándome. Me encanta pasarme las mañanas de verano compartiendo la cama con tan inestimable compañía.

Igual me levanto y salgo, me tengo que cortar el pelo, estoy hecho un desastre. Antes me compro El Pais, viene una entrevista a Julie Delpy, que estrena "Dos días en Paris" esta semana, iré mañana a verla, a la función de matinée del Yelmo Ideal, subtitulada, por supuesto.

Detesto todo el tema peluquerías, invariablemente siempre termino sintiéndome como escolar de quinto básico presto a calzarse los bototos y abotonarse la cotona. y sin embargo vivo en Chueca, rodeado de peluquerías fashion, algo encontraré. Y como las finanzas van bien, tan bien que incluso he podido mandar algún dinerillo a mi familia en Chile, pues me digo que sí, que yo lo valgo.

Pero dónde? camino por Fuencarral, hay un par de peluquerías en calle Colón, pero no me convencen, llego a la plaza de San Ildefonso, cojo otra calle y en eso justo me cruzo con un tío cachas de esos que no son para nada mi tipo, pero que al cabo igual son el tipo de todo el mundo en ciertos días, alto, musculado, con tatuajes, polera musculosa y dos perritos diminutos, ok, si, Tom de Finlandia meets Paris Hilton, pero el caso es que el tio está muy fuerte, y me queda mirando y yo le miro y después me detengo y doy vuelta la cabeza y click, ya está echa la conexión, sí chicas, así de fácil es, me acerco y como quien no quiere la cosa le pregunto:

- Está mal el negocio o son tuyos los renacuajos?

Cuento corto, el tío es sueco, decorador de interiores, de Estocolmo, y los perros se llaman Oku y Yuko, tienen 6 meses y son hermanos. Eventualmente crecerán y la gente dejará de acercarse con preguntas, a toquetearlos y mimarlos y encontrarlos tan tiernos, pero es que claro, ellos no tener que limpiar las cacas y meados de los perritos, eso ya no es tan tierno, y es que no lo aguanto, todos los ancianos de Chueca (que son legión) se creen con el derecho de toquetearme a los cachorros, aquí en Madrid no hay respeto.

En fin, que no pasó nada con el sueco, que tenía novio pero al cabo dio lo mismo, porque sabía mucho de peluquerías y me recomendó una muy cerca, una Marco Aldany, pero con un peluquero joven con madera de estrella. Y hacia allá me dirigí.

Y ahí estaba, rubio, con esos raros peinados nuevos de los peluqueros, pero guapito de verdad, al rato llegó el encargado del local, gordito de pelo largo, que se ofreció a cortarme el pelo, pero yo le dije que estaba esperando al otro, en fin, qué se le va a hacer.

El rubito era de un pueblito de Alicante, y claro, flipando con Madrid. Le dije que un sueco todo regio me lo había recomendado y así todo cocoroco hizo lo mejor que pudo con mis mechas mestizas. El resultado final fue bastante satisfactorio, quedé con unos pinchos medio diabólicos que seguro se disolverán cuando pase el efecto de la laca, pero de momento yo feliz le dejé hasta propina, ya antes mientras me lavaba el pelo le había dicho que nunca antes me había cortado el pelo un peluquero tan guapo y linduras de esas.

Con el nuevo look me fui a la Casa del Libro, "aquí, otro Harry Potter" le dije al vendedor, que tenía cara de ya asumir que no se puede hacer nada contra este mastodonte, mi tarjeta no funcionaba, hasta que en plan irónico se me ocurrió decir Expecto Patronus!, y les juro que entonces sí me la cogió, plop!

De ahí al carrefour, a por una baguette, bálsamo corporal y hojas de afeitar, ah, y un Snickers, de esos que saltan al carro en el ultimo segundo.

Post, poco acontecido? qué va, si acaso no vale la pena escribir que las cosas están de puta madre? ok, no tiene las fotos increibles de Sintra que todavia no puedo postear porque no me funciona la conexión en casa. Filo.

En el trabajo mi corte nuevo tiene mucha aceptación, no sé que pasó pero ahora hay puro amor entre todos los empleados del hotel, de las camareras me lo esperaba, pero lo mismo va con los guardias de seguridad, los aparcacoches, los baristas y en recepción lo mismo, ahora todo es tallas y buena onda.

Así que nada, gracias trebolín, tu vida ha terminado pero tu legado me acompaña. Estoy solo en un viernes por la noche, mañana iré al cine solo también, hay cosas que son más difíciles de cambiar, pero por lo demás, me va muy bien en la vida y merece la pena un post agradecido. Aunque no lo deje ver muy seguido, me encanta Madrid, y no es un amorcito de verano de esos.

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Sunday, August 05, 2007

agua, agua, más agua

Puede uno soñar con el frío mientras afuera la ciudad arde? despierto bañado en sudor con a lengua afuera, sediento de una botella de cerveza Cristal helada con la que acabo de soñar, que estaba en la nevera en mi sueño, que me disponía a beber, a dejar correr por mi boca, una ducha de cerveza helada.

Hacen 40 grados en Madrid, y el refrigerador es compartido, no hay espacio para mi Coca Cola, que se ha quedado afuera y está tibia.

He trabajado toda la noche, miro en reloj, recién es mediodía, debería dormir unas 3 horas más at least, pero necesito dejar que la cama respire de mi y vuelva a estar seca.

Así que me doy una ducha helada, me atraganto después con Cola Cao en polvo en la cocina, barro el piso de mi habitación, leo El Pais Semanal y el Times que me traje del hotel. Leo un capítulo de "Revolutionary Road" de Richard Yates y anoto en el calendario que el martes tengo que ir a ver Porgy & Bess en el Conde Duque.

Y vuelvo a preguntarme, es posible soñar con el frío. Porque eso quisiera, soñar con una laguna helada, con témpanos de hielo, con una lluvia fresca.

Podría ir a la piscina, pero el cielo está nublado, el concerje me dijo que hoy domingo habría tormenta. Que demasiado calor las termina provocando.

Así que me vuelvo a la cama y duermo, no sueño con nada frío, pero me despierta un golpe brusco que da una de las puertas vidriadas. Un Paf! que estuvo a punto de ser un Crash!

Y entonces estalla la tormenta con rugidos en las alturas y agua, mucha agua que cae por el patio interior y me apresuro en sacar fuera a mi trébol de cuatro hojas, que está ya agónico con este calor sahariano de Madrid en agosto. Caen las gotas en la barandilla de metal y se parten y salpican el piso de madera y todo se cubre de pequeñas gotitas y yo pienso que es maravilloso, que bien suena, que agradable, la mejor de las lullabies, el agua que cae, fresca y bienvenida. No, no era un buen día para ir a la piscina y creo que lo seguiré postergando. Tengo hambre, no hay nada en la alacena más que pasta y atún y algo de cebolla, y limones!, si, verdad que compré limones, y zanahorias!, a las cuatro ya me da un poco de hambre cuando hago el turno nocturno.

Pero por ahora nada me nutre más que tenderme en el suelo y dejar que me salpique la lluvia, junto al trébol agónico. No creo que sea posible soñar con el frío o con el calor si estos no están presentes, por eso hay que aprovechar su presencia excepcional, y que me parta un rayo si no vale la pena.