Llorando por mamá
Los piropos no se detienen, ser chileno en Madrid está muy bien. Constantemente los clientes me recuerdan que mi pais es muy bonito, que su gente es muy buena, que nuestra economía es de las pocas que salvan de entre sus ex colonias, que somos los primeros en perder el acento. Piropos madrileños.
Y yo me debería sentir fenomenal, estoy ganando dinero, todo me va de maravilla.
Sin embargo llamo a Chile, es el cumpleaños de mamá. Estoy en el vestíbulo de la recién reinaugurada línea 3 del metro de Madrid, marco los números, equivoco un dígito, vuelvo a marcar, beep beeep, contesta papá.
Me hago entender balbuceando,les cuento que estoy mejor, que estuve enfermo, que estar enfermo lejos de casa es duro, pero que estoy bien, mamá, estoy bien. Quiero que me digan como lo hago, ya puedo empezar a pagar mis deudas. Yo oigo sus voces primaverales, de dias largos y habitaciones soleadas. A duras penas logro controlarme, y sin embargo la gente que al pasar ve mis ojos vidriados, siento que entienden perfectamente la situación. Ciudad de inmigrantes desde su fundación, Madrid.
Estoy genial, ayer vi "Vete de mi" en el cine Palacio de la prensa. Estupenda película, un poco parecida a Martin(Hache), pero tomad esto como una puya. Fui solo, pero el cine tiene eso que logra que uno no se sienta solo, aunque lo esté.
Y ahora luego de hablar con mamá y olvidar decirle feliz Cumpleaños ("Feliz Cumpleaños!"), decido que ya basta de medios sandwiches, y barras de chocolate con maní. En honor a su cumpleaños y a mi salud recobrada voy a comer como es debido.
Vago por Argüelles y Moncloa sin encontrar nada, no quiero bocadillos, no quiero montaditos, quiero una comida hecha y derecha. Pero llego a la ciudad universitaria, cruzo por el puente de los franceses hasta el Museo de America y nada, no hay donde comer. Un grupo de brasileros me pregunta por la casa de Brasil, sucede que sé donde está. El mas guapo me pregunta si soy brasilero, yo le diría que soy de cualquier país que me dé qué comer, continuo mi camino.
Milagro, un café abierto, y se ve grande y bonito. Es el Café VanGogh, entro en honor a la Oreja, con rumores de contribuciones a la ETA o sin ellos, por fin comeré. Una mesa solitaria en el sector no fumadores. La adultez es una mesa solitaria y un menú de 3 platos, con una copita de vino Rioja.
Ensalada de espinacas frescas con pollo, nueces, pasas y setas. Solomillo ibérico con ciruelas. Yoghourt de Cantabria. Por 14.50 euros. No está mal, podría hacer algo así una vez por mes sin romper mi estrategia de anacoreta.
En la pared un disco de Don Mclean, y la letra de la canción "Vincent". El café VanGogh está cubierto de reproducciones del pintor, en la radio suena Avril Lavigne, luego Billy Joel "Pianoman". Intento buscarle un sentido a todo, es un poco inútil. Nada más tengo que asumir, que tengo un empleo, que estoy lejos de casa y lejos de quienes quiero, que el Rioja se me ha subido a la cabeza, y que las cosas no están tan mal, que las cosas no están mal en absoluto, de momento. Nada que justifique una lagrimita.
Como me gusta lo que escribes, ya sabes que siempre te sigo en tus aventuras, se parecen tanto a las que yo he vivido, y que creo no sabria comentarlas con la emocion que tu las cuentas. Tantas veces pegado a un telefono, llorando al escuchar la voz tan querida de mi madre, la cual talvez, si lo hiciera ahora, me escucharia desde el mas alla. Madre cuanto te hice sufrir con mis aventuras en lejanos
lugares.
Luis
Posted by Anonymous | 7:40 PM
tu sabes que siempre te leo
es bello y triste lo que escribiste,pero es la vida,a veces bella,a veces terrible,un desgarro y seguir,pues cada día nos trae algo nuevo..
manuel,santiago de Chile....
Posted by Anonymous | 9:00 AM
Un abrazo por el cumpleaños de tu mamá. Reconozco esa sensación de sentirte lejos de todos, es tan desoladora que es mejor salársela: Hiciste bien.
Posted by Manuel | 11:08 AM
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